31/7/10

Acto de Consagración de los Sacerdotes a Nuestra Madre la Santísima Virgen María de Tá Pinu (Malta)

Acto de Consagración de los Sacerdotes a Nuestra

Madre la Santísima Virgen María de Tá Pinu (Malta)


Sábado 31 de Julio del 2010, Año Santo Jubilar Mariano


ACTO DE CONSAGRACIÓN A MARÍA


Virgen María de Tá Pinu, Stella Maris,

hemos venido aquí a Tu Santuario de Gozo,

como peregrinos de la Esperanza,

con el Saludo de Isabel en nuestros labios y

Tu Canto a la Misericordia Divina en nuestro corazón.

Confiados, te entregamos,

nuestro Ministerio Sacerdotal para que, conformados

plenamente a Tu Hijo, Sumo y Eterno Sacerdote,

podamos llevar a todos los hombres al Misterio de

la Redención y guiarlos por el camino de la Santidad.

Tú, Primicia de la Vida Nueva, custodia

por todos nosotros nuestro "fiat" que quiere ser

un sí generoso, humilde y fecundo

al servicio del Reino de Dios.

María, llena de Gracia, Reina de la Paz,

protege con tu Delicada Fuerza de Madre

nuestra Vida Sacerdotal: arranca de ella

todo lo que puede alejarnos de Tu Hijo,

y transfórmala en un camino seguro en el que

todo hombre pueda experimentar con alegría la

Misericordia Divina, encontrando a Aquel que es "Luz

Verdadera que ilumina a todo hombre" (San Juan 1, 9).

Tú que has plasmado los Rasgos Humanos del

Verbo de la Vida, modélanos según la Imagen Santa

del Resucitado, para que quien se acerque a nosotros

pueda oír Su Palabra y recibir como Alimento

el Pan de la Vida que da Unidad y Paz.

María, Mujer "Eucarística", Madre de la Esperanza,

¡danos a Jesús! Tú que has ofrecido tu Seno Virginal

para la Encarnación del Verbo de Dios, ayúdanos

a vivir el Misterio de la Eucaristía en completo don

de nosotros mismos a Dios y a los hombres.

Tú eres el Ícono Vivo de lo que Dios realiza

en quien confía en Él, en ti la Libertad del Redentor

ha exaltado la libertad de la criatura,

libertad de la esclavitud del demonio,

del poder del pecado y la muerte.

Que nuestra Vida sea una Alabanza sin fin

al Señor del Cosmos y la Historia que se ha ocultado

bajo la Humildad de los Signos Eucarísticos

y de nuestra existencia.

María, Madre de los Sacerdotes, Madre de la Iglesia,

has que Jesús sea siempre el Centro

de nuestro Ministerio y podamos permanecer

en unión con Él en toda circunstancia.

A Tu Lado, Contigo, a los Pies de la Cruz, Árbol de

la Nueva Vida, somos victoriosos y resucitaremos

al final de los tiempos acogidos por tu Hijo.

Que Tú, la "Toda Santa", sostengas la Santidad

de nuestro Sacerdocio, para que sea Signo eficaz

elevado entre las gentes, como "una ciudad colocada

sobre un monte" y "una lámpara sobre el candelero

para que alumbre a todos" (San Mateo 5, 14-15).

Amén.


Fuente:

http://www.clerus.org/clerus/dati/2004-10/22-13/22MASP.htm


Nuestra Reina y Madre la Santísima

Virgen María de Tá Pinu (Malta)

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