Pensamientos de San Juan María Vianney sobre
la Misericordia y el Sacramento del Perdón
Jueves 12 de Agosto del 2010, Año Santo Jubilar Mariano
Misericordia y sacramento del perdón
1.- «¡Si comprendiéramos bien lo que significa ser un hijo de Dios, no podríamos hacer el mal (…) ser hijos de Dios, oh la bella Dignidad!».
2.- «La Misericordia de Dios es como un arroyo desbordado. Arrastra los corazones cuando pasa».
3.- «No es el pecador que vuelve a Dios para pedirle perdón, es Dios que corre detrás del pecador y lo hace volver a Él. Demos entonces esta alegría a este Padre Bueno: volvamos a Él… y seremos felices».
4.- «El Buen Dios siempre está dispuesto a recibirnos. ¡Su Paciencia nos espera!».
5.- «Hay quienes se dirigen al Eterno Padre con un corazón duro. ¡Oh, cómo se equivocan! El Eterno Padre, para desarmar Su Justicia, ha dado a Su Hijo un Corazón excesivamente Bueno: no se da lo que no se tiene…».
6.- «Hay quienes dicen: “hice demasiado mal, el Buen Dios no puede perdonarme.” Se trata de una gran blasfemia. Equivale a poner un límite a la Misericordia de Dios, que no tiene: es Infinita».
7.- «Nuestros errores son granos de arena al lado de la Grande Montaña de la Misericordia de Dios».
8.- «Cuando el Sacerdote da la Absolución, es necesario pensar sólo en una cosa: que la Sangre del Buen Dios se derrama sobre nuestra alma para lavarla, purificarla y hacerla bella cuanto lo era después del Bautismo».
9.- «El Buen Dios, al Momento de la Absolución, tira detrás de Sus Espaldas nuestros pecados, es decir se olvida, los cancela: no reaparecerán jamás».
10.- «No se hablará nunca más de los pecados perdonados. ¡Han sido cancelados, no existen más!».
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