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16/3/11

“Ante la blasfemia: Bendito sea tu Nombre, Señor”: un Texto para reflexionar y alabar a Dios cada día más


“Ante la blasfemia: Bendito sea tu Nombre,
Señor”: un Texto para reflexionar
y alabar a Dios cada día más

Miércoles 16 de Marzo del 2011, Año Santo Jubilar Mariano

Ante la blasfemia:
Bendito sea tu Nombre, Señor

Escrito por Redactora   
Jueves, 03 de febrero de 2011

Por Secretariado de Santa Columba de Segovia.

Hasta hace no mucho tiempo se podía leer en muchos bares un cartel en el que ponía que estaba prohibido blasfemar en ese establecimiento bajo multa de 100 pesetas. Eso es algo que ya ha desaparecido y sólo queda en el recuerdo, pero la mala costumbre de proferir blasfemias no.

Blasfemar es algo muy común entre la gente. En medio de una conversación con otra persona, enseguida se oye un exabrupto contra Dios. Muchos dirán que eso ya forma parte del lenguaje, que es una expresión más, que se dice sin pensarlo o sin malicia. Pero lo cierto es que sigue siendo una ofensa a Dios.

El Segundo Mandamiento de la Ley de Dios dice: “No tomarás el Nombre de Dios en vano”. Prescribe claramente respetar el Nombre del Señor. Regula el uso de nuestra palabra en las cosas Santas. El Nombre del Señor es Santo, por eso el hombre no puede usarlo mal. Sólo lo debe emplear para bendecirlo, alabarlo, glorificarlo y adorarlo.

¡Qué ejemplos más bonitos tenemos en los Salmos, sobre la Alabanza! Por ejemplo el Salmo 96: “¡Cantad al Señor bendecid su Nombre! Anunciad su Salvación día tras día…”; el Salmo 113: “¡Alabad servidores del Señor, alabad el Nombre del Señor! ¡Bendito sea el Nombre del Señor, desde ahora y por siempre! ¡De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el Nombre del Señor!”; el Salmo 8, tan popular y conocido: “Señor, Dios nuestro, que admirable es tu Nombre en toda la Tierra”, o el Salmo 148 pidiendo que alabe al Señor toda la Creación: “…alaben el Nombre del Señor. El único Nombre sublime; su Majestad está sobre el Cielo y la Tierra”.

Por desgracia, ya no son muchos los Sacerdotes que predican en sus Homilías contra la blasfemia, pero hay ejemplos, como el Apóstol Santiago en su Epístola a una Comunidad de Cristianos, en la que reprueba “a los que blasfeman contra el hermoso Nombre de Jesús” (Santiago 2, 7). Y otros muchos Santos, como San Juan María Vianney, que lucharon por erradicar esa costumbre en las Parroquias que les habían encomendado. Y lo lograron a base de Oración, Penitencia y Predicación.

Durante la persecución Religiosa Española, fueron cientos los Católicos que murieron por su Fe, simplemente por vivir una Vida Cristiana. A muchos de ellos la única condición que les ponían para salvar su Vida era que blasfemaran contra Dios. Hay testimonios impresionantes de jóvenes que se negaban a ello con firmeza y en vez de proferir los insultos que los milicianos querían que dijesen, lanzaban Alabanzas y vivas a Jesús y la Virgen. Uno de ellos es el de un chico de 16 años, Santiago Mosquera y Suárez de Figueroa, de la Diócesis de Toledo, al que detuvieron y obligaron a blasfemar, al negarse a ello, los golpes y palizas empezaron a caer sobre él. Después de sufrimientos indecibles le llevaron a fusilar, no murió, fue herido gravemente. Al día siguiente escucha que se acerca el sepulturero, al cual le pide ayuda, la condición que le pone éste nuevamente es que blasfeme; la respuesta de Santiago: “prefiero morir antes que ofender a Dios”. El sepulturero coge un pico y de un golpe acaba con su Vida. Impresionante. Merece la pena leer lo que se ha escrito sobre él y sobre otros tantos.

Todos ellos predicaron con el Ejemplo, de palabra y de obra, sobre la importancia que tenía el no blasfemar.

Alguien me decía que en su trabajo era algo continuo el escuchar esta clase de juramentos contra Dios, la Virgen o los Santos y que había hecho lo imposible por convencer a sus compañeros para que no las dijesen, pero todo en vano, así que decidió que cada vez que oyese a alguien insultar a Dios, él, interiormente, decía al Señor una Alabanza o una Oración de Bendición, como Acto de Reparación por la ofensa hecha a Dios.

Creo que es un buen Ejemplo que puede imitar cada uno en su lugar de trabajo o centro de estudio, en su casa o en la calle. Aunque nos parezca que no sirve de nada esa Oración, claro que sirve, es un Acto de Amor hacia el Señor y todo lo que se hace con Amor tiene su recompensa.

La Virgen en su Aparición del 13 de Octubre en Fátima, pidió “que no se ofenda más a Dios, que ya está muy ofendido”. Y en Pontevedra le mostró su Corazón a la Hermana Lucía diciéndole: “Mira mi Corazón, cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú al menos, procura consolarme y di que todos los que durante cinco meses seguidos en el primer Sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los Misterios del Rosario con el fin de desagraviarme, les prometo asistir en la hora de su muerte con las Gracias necesarias para su Salvación.” La Virgen pide expresamente que no se la ofenda más y que se haga un Acto de Reparación por esos pecados.

Frente a esas expresiones de odio o reproche a Dios la Iglesia ha recogido otras, llamadas Alabanzas de Reparación, que reza durante la Exposición del Santísimo, pero que pueden decirse en cualquier otro momento como Acto de Amor a Cristo: “Bendito sea Dios”, “Bendito sea su Santo Nombre”, “Bendito sea el Nombre de Jesús”, “Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre”…

Si eres creyente y blasfemas, piensa en el daño que produces al Señor y a la Virgen y corrígete. Si no lo haces, a lo mejor son personas de tu familia o amigos cercanos a los que sí que “se les escapa” en algún momento esas palabras; quizás con la confianza que puedas tener con ellos, les puedas comentar que no las digan. Seguramente que si se lo explicas bien y te tienen aprecio, se corrijan.

Es por Cristo por quien sacas la cara, y Él ya lo dijo: “El que se avergüence de Mí y de Mis Palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en Su Gloria” (San Lucas 9, 6).

Ojalá salgan siempre de nuestros labios Oraciones de Alabanza al Señor, como la que dijo el Profeta Daniel: “Bendito tu Nombre, Santo y Glorioso, a Él Gloria y Alabanza por los siglos”.

Fuentes:


12/1/11

¡Hermosísima Carta de Su Santidad Benedicto XVI a los Seminaristas!


¡ Hermosísima Carta de Su Santidad
Benedicto XVI a los Seminaristas !
¡ Por favor léanla y guárdenla
en sus corazones !

Miércoles 12 de Enero del 2011, Año Santo Jubilar Mariano

CARTA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
A LOS SEMINARISTAS

Vaticano, 18 de Octubre de 2010, 
Fiesta de San Lucas, Evangelista.

Queridos Seminaristas:

En Diciembre de 1944, cuando me llamaron al servicio militar, el comandante de la compañía nos preguntó a cada uno qué queríamos ser en el futuro. Respondí que quería ser Sacerdote Católico. El subteniente replicó: Entonces tiene usted que buscarse otra cosa. En la nueva Alemania ya no hay necesidad de Curas. Yo sabía que esta “nueva Alemania” estaba llegando a su fin y, que después de las devastaciones tan enormes que aquella locura había traído al País, habría más que nunca necesidad de Sacerdotes. Hoy la situación es completamente distinta. Pero también ahora hay mucha gente que, de una u otra forma, piensa que el Sacerdocio Católico no es una “Profesión” con futuro, sino que pertenece más bien al pasado. Vosotros, queridos amigos, habéis decidido entrar en el Seminario y, por tanto, os habéis puesto en camino hacia el Ministerio Sacerdotal en la Iglesia católica, en contra de estas objeciones y opiniones. Habéis hecho bien. Porque los hombres, también en la época del dominio tecnológico del mundo y de la globalización, seguirán teniendo necesidad de Dios, del Dios manifestado en Jesucristo y que nos reúne en la Iglesia Universal, para aprender con Él y por medio de Él la Vida Verdadera, y tener presentes y operativos los criterios de una humanidad verdadera. Donde el hombre ya no percibe a Dios, la Vida se queda vacía; todo es insuficiente. El hombre busca después refugio en el alcohol o en la violencia, que cada vez amenaza más a la juventud. Dios está Vivo. Nos ha creado y, por tanto, nos conoce a todos. Es tan Grande que tiene tiempo para nuestras pequeñas cosas: “Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados”. Dios está Vivo, y necesita hombres que vivan para Él y que lo lleven a los demás. Sí, tiene sentido ser Sacerdote: el mundo, mientras exista, necesita Sacerdotes y Pastores, hoy, mañana y siempre.


Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles,
Seminario Central (San José, Costa Rica)

El Seminario es una Comunidad en camino hacia el Servicio Sacerdotal. Con esto, ya he dicho algo muy importante: no se llega a ser Sacerdote sólo. Hace falta la “Comunidad de Discípulos”, el Grupo de los que quieren servir a la Iglesia de todos. Con esta Carta quisiera poner de relieve –mirando también hacia atrás, a mis días en el Seminario– algunos elementos importantes para estos años en los que os encontráis en camino.


Seminario Mayor de Comillas
(Santander, Cantabria, España)

1. Quien quiera ser Sacerdote debe ser sobre todo un “hombre de Dios”, como lo describe San Pablo (1 Timoteo 6, 11). Para nosotros, Dios no es una hipótesis lejana, no es un desconocido que se ha retirado después del “big bang”. Dios se ha manifestado en Jesucristo. En el Rostro de Jesucristo vemos el Rostro de Dios. En sus Palabras escuchamos al mismo Dios que nos habla. Por eso, lo más importante en el camino hacia el Sacerdocio, y durante toda la Vida Sacerdotal, es la relación personal con Dios en Jesucristo. El Sacerdote no es el administrador de una asociación, que intenta mantenerla e incrementar el número de sus miembros. Es el Mensajero de Dios entre los hombres. Quiere llevarlos a Dios, y que así crezca la comunión entre ellos. Por esto, queridos amigos, es tan importante que aprendáis a vivir en contacto permanente con Dios. Cuando el Señor dice: “Orad en todo momento”, lógicamente no nos está pidiendo que recitemos continuamente Oraciones, sino que nunca perdamos el trato interior con Dios. Ejercitarse en este trato es el sentido de nuestra Oración.  Por esto es importante que el día se inicie y concluya con la Oración. Que escuchemos a Dios en la lectura de la Escritura. Que le contemos nuestros deseos y esperanzas, nuestras alegrías y sufrimientos, nuestros errores y nuestra gratitud por todo lo bueno y bello, y que de esta manera esté siempre ante nuestros ojos como Punto de Referencia en nuestra Vida. Así nos hacemos más sensibles a nuestros errores y aprendemos a esforzarnos por mejorar; pero, además, nos hacemos más sensibles a todo lo hermoso y bueno que recibimos cada día como si fuera algo obvio, y crece nuestra gratitud. Y con la gratitud aumenta la alegría porque Dios está cerca de nosotros y podemos servirlo.


Real Seminario Conciliar de San Carlos
y San Ambrosio (La Habana, Cuba)

2. Para nosotros, Dios no es sólo una Palabra. En los Sacramentos, Él se nos da en Persona, a través de Realidades Corporales. La Eucaristía es el Centro de nuestra relación con Dios y de la configuración de nuestra Vida. Celebrarla con participación interior y encontrar de esta manera a Cristo en Persona, debe ser el Centro de cada una de nuestras jornadas. San Cipriano ha interpretado la Petición del Evangelio: “Danos hoy nuestro Pan de cada día”, diciendo, entre otras cosas, que “nuestro” Pan, el Pan que como Cristianos recibimos en la Iglesia, es el mismo Señor Sacramentado. En la Petición del Padrenuestro pedimos, por tanto, que Él nos dé cada día este Pan “nuestro”; que Éste sea siempre el Alimento de nuestra Vida. Que Cristo Resucitado, que se nos da en la Eucaristía, modele de verdad toda nuestra Vida con el Esplendor de su Amor Divino. Para celebrar bien la Eucaristía, es necesario también que aprendamos a conocer, entender y amar la Liturgia de la Iglesia en su expresión concreta. En la Liturgia rezamos con los fieles de todos los tiempos: pasado, presente y futuro se suman a un único y gran coro de Oración. Por mi experiencia personal puedo afirmar que es entusiasmante aprender a entender poco a poco cómo todo esto ha ido creciendo, cuánta experiencia de Fe hay en la estructura de la Liturgia de la Misa, cuántas generaciones con su Oración la han ido formando.


Seminario Santo Tomás de Aquino
(Palmira, Táchira, Venezuela)

3. También es importante el Sacramento de la Penitencia. Me enseña a mirarme con los Ojos de Dios, y me obliga a ser honesto conmigo mismo. Me lleva a la humildad. El Cura de Ars dijo en una ocasión: Pensáis que no tiene sentido recibir la Absolución hoy, sabiendo que mañana cometeréis nuevamente los mismos pecados. Pero –nos dice– Dios mismo olvida en ese momento los pecados de mañana, para daros Su Gracia hoy. Aunque tengamos que combatir continuamente los mismos errores, es importante luchar contra el ofuscamiento del alma y la indiferencia que se resigna ante el hecho de que somos así. Es importante mantenerse en camino, sin ser escrupulosos, teniendo conciencia agradecida de que Dios siempre está dispuesto al Perdón. Pero también sin la indiferencia, que nos hace abandonar la lucha por la Santidad y la Superación. Cuando recibo el Perdón, aprendo también a perdonar a los demás. Reconociendo mi miseria, llego también a ser más tolerante y comprensivo con las debilidades del prójimo.
 

Seminario Menor Xaveriano
(San Juan del Río, Querétaro, México)

4. Sabed apreciar también la Piedad popular, que es diferente en las diversas Culturas, pero que a fin de cuentas es también muy parecida, pues el corazón del hombre después de todo es el mismo. Es cierto que la Piedad popular puede derivar hacia lo irracional y quizás también quedarse en lo externo. Sin embargo, excluirla es completamente erróneo. A través de ella, la Fe ha entrado en el corazón de los hombres, formando parte de sus sentimientos, costumbres, sentir y vivir común. Por eso, la Piedad popular es un gran Patrimonio de la Iglesia. La Fe se ha hecho carne y sangre. Ciertamente, la Piedad popular tiene siempre que purificarse y apuntar al centro, pero merece todo nuestro aprecio, y hace que nosotros mismos nos integremos plenamente en el “Pueblo de Dios”.


Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino
(Santa Fe de Antioquia, Antioquia, Colombia)

5. El tiempo en el Seminario es también, y sobre todo, tiempo de Estudio. La Fe Cristiana tiene una dimensión racional e intelectual esencial. Sin esta dimensión no sería ella misma. Pablo habla de un “Modelo de Doctrina”, a la que fuimos entregados en el Bautismo (Romanos 6, 17). Todos conocéis las palabras de San Pedro, consideradas por los Teólogos medievales como justificación de una Teología racional y elaborada científicamente: “Estad siempre prontos para dar razón (logos) de vuestra Esperanza a todo el que os la pidiere” (1 Pedro 3, 15). Una de las Tareas principales de los años de Seminario es capacitaros para dar dichas razones. Os ruego encarecidamente: Estudiad con tesón. Aprovechad los años de Estudio. No os arrepentiréis. Es verdad que a veces las Materias de Estudio parecen muy lejanas de la Vida Cristiana real y de la atención pastoral. Sin embargo, es un gran error plantear de entrada la cuestión en clave pragmática: ¿Me servirá esto para el futuro? ¿Me será de utilidad práctica, pastoral? Desde luego no se trata sólamente de aprender las cosas meramente prácticas, sino de conocer y comprender la estructura interna de la Fe en su totalidad, de manera que se convierta en una respuesta a las preguntas de los hombres, que aunque aparentemente cambian en cada generación, en el fondo son las mismas. Por eso, es importante ir más allá de las cuestiones coyunturales para captar cuáles son precisamente las verdaderas preguntas y poder entender también así las respuestas como auténticas repuestas. Es importante conocer a fondo la Sagrada Escritura en su totalidad, en su unidad entre Antiguo y Nuevo Testamento: la formación de los Textos, su peculiaridad literaria, la composición gradual de los mismos hasta formar el canon de los Libros Sagrados, la unidad de su dinámica interna que no se aprecia a primera vista, pero que es la única que da sentido pleno a cada uno de los Textos. Es importante conocer a los Padres y los grandes Concilios, en los que la Iglesia ha asimilado, reflexionando y creyendo, las Afirmaciones esenciales de la Escritura. Podría continuar en este sentido: llamamos dogmática a la comprensión de cada uno de los Contenidos de la Fe en su unidad, o mejor, en su simplicidad última: cada detalle particular, en definitiva, desarrolla la Fe en el único Dios, que se manifestó y que sigue manifestándose. No es necesario que diga expresamente lo necesario que es estudiar las cuestiones esenciales de la Teología Moral y de la Doctrina Social de la Iglesia. Es evidente la importancia que tiene hoy la Teología Ecuménica, conocer las diversas Comunidades Cristianas; es igualmente necesaria una orientación fundamental sobre las grandes Religiones y, sobre todo, la Filosofía: la comprensión de la búsqueda y de las preguntas del hombre, a las que la Fe quiere dar respuesta. Pero también aprended a comprender y –me atrevo a decir– a amar el Derecho Canónico por su necesidad intrínseca y por su aplicación práctica: una sociedad sin Derecho sería una sociedad carente de Derechos. El Derecho es una condición del Amor. Prefiero no continuar enumerando más cosas, pero sí deseo deciros una vez más: amad el Estudio de la Teología y continuadlo con especial sensibilidad, para anclar la Teología en la Comunidad viva de la Iglesia que, con su autoridad, no es un polo opuesto a la Ciencia Teológica, sino su presupuesto. Sin la Iglesia que cree, la Teología deja de ser ella misma y se convierte en un conjunto de disciplinas diversas sin unidad interior.


Seminario Menor Señor San José
(Sololá, Guatemala)

6. Los años de Seminario deben ser también un periodo de maduración humana. Para el Sacerdote, que deberá acompañar a otros en el camino de la Vida y hasta el momento de la Muerte, es importante que haya conseguido un equilibrio justo entre corazón y mente, razón y sentimiento, cuerpo y alma, y que sea humanamente “íntegro”. La Tradición Cristiana siempre ha unido las “Virtudes Teologales” con las “Virtudes Cardinales”, que brotan de la experiencia humana y de la Filosofía, y ha tenido en cuenta la sana Tradición Ética de la humanidad. Pablo dice a los Filipenses de manera muy clara: “Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta” (Filipenses 4, 8). En este contexto, se sitúa también la integración de la sexualidad en el conjunto de la personalidad. La sexualidad es un Don del Creador, pero también una Tarea que tiene que ver con el desarrollo del ser humano. Cuando no se integra en la persona, la sexualidad se convierte en algo banal y destructivo. En nuestra sociedad actual se ven muchos ejemplos de esto. Recientemente, hemos constatado con gran dolor que algunos Sacerdotes han desfigurado su Ministerio al abusar sexualmente de niños y jóvenes. En lugar de llevar a las personas a una madurez humana y ser un ejemplo para ellos, han provocado con sus abusos un daño que nos causa profundo dolor y disgusto. Debido a todo esto, muchos podrán preguntarse, quizás también vosotros, si vale la pena ser Sacerdote; si es sensato encaminar la Vida por el celibato. Sin embargo, estos abusos, que son absolutamente reprobables, no pueden desacreditar la Misión Sacerdotal, que conserva toda su Grandeza y Dignidad. Gracias a Dios, todos conocemos Sacerdotes convincentes, forjados por su Fe, que dan testimonio de cómo en este estado, en la Vida celibataria, se puede vivir una humanidad auténtica, pura y madura. Pero lo que ha ocurrido, nos debe hacer más vigilantes y atentos, examinándonos cuidadosamente a nosotros mismos, delante de Dios, en el camino hacia el Sacerdocio, para ver si es ésta Su Voluntad para mí. Es Tarea de los Confesores y de vuestros Superiores acompañaros y ayudaros en este Proceso de Discernimiento. Un elemento esencial de vuestro camino es practicar las Virtudes humanas fundamentales, con la mirada puesta en Dios manifestado en Cristo, dejándonos purificar por Él continuamente.


Seminario Mayor de San José
(Bogotá, Colombia)

7. En la actualidad, los comienzos de la Vocación Sacerdotal son más variados y diversos que en el pasado. Con frecuencia, se toma la Decisión por el Sacerdocio en el ejercicio de alguna Profesión secular. A menudo, surge en las Comunidades, especialmente en los Movimientos, que propician un Encuentro comunitario con Cristo y con su Iglesia, una experiencia espiritual y la alegría en el Servicio de la Fe. La Decisión también madura en encuentros totalmente personales con la grandeza y la miseria del ser humano. De este modo, los Candidatos al Sacerdocio proceden con frecuencia de ámbitos espirituales completamente diversos. Puede que sea difícil reconocer los elementos comunes del futuro enviado y de su itinerario espiritual. Precisamente, por eso, el Seminario es importante como Comunidad en camino por encima de las diversas formas de espiritualidad. Los Movimientos son una cosa magnífica. Sabéis bien cuánto los aprecio y quiero como Don del Espíritu Santo a la Iglesia. Sin embargo, se han de valorar según su apertura a la común realidad Católica, a la Vida de la única y común Iglesia de Cristo, que en su diversidad es, en definitiva, una sóla. El Seminario es el periodo en el que uno aprende con los otros y de los otros. En la convivencia, quizás a veces difícil, debéis asimilar la generosidad y la tolerancia, no simplemente soportándoos mutuamente, sino enriqueciéndoos unos a otros, de modo que cada uno pueda aportar sus cualidades particulares al conjunto, mientras todos servís a la misma Iglesia, al mismo Señor. Ser escuela de tolerancia, más aún, de aceptarse y comprenderse en la Unidad del Cuerpo de Cristo, es otro elemento importante de los años de Seminario.


Seminario Menor Diocesano de
Guadalajara (Jalisco, México)

Queridos Seminaristas, con estas líneas he querido mostraros lo mucho que pienso en vosotros, especialmente en estos tiempos difíciles, y lo cerca que os tengo en la Oración. Rezad también por mí, para que pueda desempeñar bien mi Servicio, hasta que el Señor quiera. Confío vuestro camino de Preparación al Sacerdocio a la Maternal Protección de María Santísima, cuya Casa fue Escuela de Bien y de Gracia. A todos os Bendiga Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Vaticano, 18 de Octubre de 2010, Fiesta de San Lucas, Evangelista.

Vuestro en el Señor

BENEDICTUS PP. XVI

Fuentes:


Seminario Diocesano de Málaga
(Málaga, España)

31/12/10

Pensamiento de San Juan María Vianney sobre la Sagrada Eucaristía para Mayo del 2011


Pensamiento de San Juan María Vianney sobre
la Sagrada Eucaristía para Mayo del 2011

Viernes 31 de Diciembre del 2010, Año Santo Jubilar Mariano

«Nuestro Señor dijo: todo lo que pidáis a mi Padre en mi Nombre, os lo concederá. Nunca habríamos pensado pedir a Dios su propio Hijo. Pero lo que el hombre no podría imaginar, Dios lo ha hecho. Lo que el hombre no podría decir ni pensar y que jamás se habría atrevido a desear, Dios, en Su Amor, lo ha dicho, lo ha pensado, lo ha ejecutado. Sin la Divina Eucaristía, no habría Felicidad en este mundo, la Vida no sería soportable. Cuando recibimos la Santa Comunión, recibimos nuestra Alegría y nuestra Felicidad» (San Juan María Vianney).

Fuentes:


Sagrada Eucaristía en las manos del Padre Renato
Pompa Izaguirre, en la Santa Misa de Acción de
Gracias por sus 12 años de ser Sacerdote
Tamaulipas, México (10-12-2009)

10/9/10

Bellísimo Ángelus de Su Santidad Benedicto XVI en Junio acerca del Sacerdocio Ministerial y algunos Ejemplos de Santos y Beatos


Bellísimo Ángelus de Su Santidad Benedicto XVI
en Junio acerca del Sacerdocio Ministerial
y algunos Ejemplos de Santos y Beatos

Viernes 10 de Septiembre del 2010, Año Santo Jubilar Mariano

BENEDICTO XVI
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Domingo 13 de Junio de 2010

Queridos hermanos y hermanas:

En los días pasados ha concluido el Año sacerdotal. Aquí, en Roma, hemos vivido días inolvidables, con la presencia de más de quince mil Sacerdotes de todas las partes del mundo. Por eso, hoy deseo dar gracias a Dios por todos los Beneficios que este Año ha producido a la Iglesia Universal. Nadie podrá medirlos nunca, pero ciertamente ya se ven sus Frutos y se verán todavía más.

El Año sacerdotal concluyó en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que tradicionalmente es la «Jornada de Santificación Sacerdotal»; esta vez lo ha sido de manera especial. En efecto, queridos amigos, el Sacerdote es un Don del Corazón de Cristo: un Don para la Iglesia y para el mundo. Del Corazón del Hijo de Dios, desbordante de Caridad, proceden todos los Bienes de la Iglesia y en Él tiene su origen de modo especial la Vocación de aquellos hombres que, conquistados por el Señor Jesús, lo dejan todo para dedicarse completamente al Servicio del pueblo Cristiano, siguiendo el Ejemplo del Buen Pastor.

El Sacerdote es plasmado por la misma Caridad de Cristo, por el Amor que lo impulsó a dar la Vida por sus amigos y también a perdonar a sus enemigos. Por eso los Sacerdotes son los primeros Obreros de la Civilización del Amor.

Y en este momento pienso en numerosos modelos de Sacerdotes, conocidos y menos conocidos, algunos elevados al Honor de los Altares, y en otros cuyo recuerdo permanece indeleble en los fieles, quizá en una pequeña comunidad Parroquial. Como sucedió en Ars, la aldea de Francia donde desempeñó su Ministerio San Juan María Vianney. No hace falta añadir nada a lo que ya se ha dicho en los meses pasados. Pero su Intercesión nos debe seguir acompañando aún más de ahora en adelante. Que su Oración, su «Acto de Amor», que tantas veces hemos recitado durante este Año Sacerdotal, continúe alimentando nuestro coloquio con Dios.

Quiero recordar otro Ejemplo: el Padre Jerzy Popiełuszko, Sacerdote y Mártir, que fue proclamado Beato precisamente el Domingo pasado en Varsovia. Desempeñó su generoso y valiente Ministerio junto a quienes se comprometían por la Libertad, por la Defensa de la Vida y de su Dignidad. Esta Obra al servicio del Bien y de la Verdad era un Signo de contradicción para el régimen que entonces gobernaba en Polonia. El Amor del Corazón de Jesús lo llevó a dar la Vida, y su Testimonio ha sido Semilla de una nueva Primavera en la Iglesia y en la sociedad. Si analizamos la Historia, podemos observar cuántas páginas de auténtica renovación espiritual y social han sido escritas con la contribución decisiva de Sacerdotes Católicos, movidos sólo por el Celo por el Evangelio y por el hombre, por su auténtica Libertad, Religiosa y civil. ¡Cuántas iniciativas de promoción humana integral se han puesto en marcha por la intuición de un corazón Sacerdotal!

Queridos hermanos y hermanas, encomendemos al Corazón Inmaculado de María, cuya Memoria Litúrgica celebramos ayer, a todos los Sacerdotes del mundo para que, con la Fuerza del Evangelio, sigan construyendo en todas partes la Civilización del Amor.

Después del Ángelus

Esta mañana, en Eslovenia, el Cardenal Bertone, como Legado mío, presidió la Celebración conclusiva del Congreso Eucarístico Nacional, en la que proclamó Beato al joven Mártir Lojze Grozde. Era particularmente devoto de la Eucaristía, que alimentaba su Fe inquebrantable, su capacidad de Sacrificio por la Salvación de las almas y su Apostolado por la Acción Católica para llevar a los demás jóvenes a Cristo.

Ayer, en España, fue Beatificado Manuel Lozano Garrido, laico y Periodista; a pesar de la enfermedad y la invalidez trabajó con espíritu Cristiano y con Fruto en el campo de la Comunicación Social. Precisamente en esta Diócesis Andaluza [de Jaén], y en concreto en la ciudad de Linares, tuvo lugar ayer la Beatificación de Manuel Lozano Garrido, fiel laico que supo irradiar con su Ejemplo y sus Escritos el Amor a Dios, incluso entre las dolencias que lo tuvieron sujeto a una silla de ruedas durante casi veintiocho años. Al final de su Vida perdió también la vista, pero siguió ganando los corazones para Cristo con su Alegría serena y su Fe inquebrantable. Los Periodistas podrán encontrar en él un Testimonio elocuente del Bien que se puede hacer cuando la pluma refleja la Grandeza del alma y se pone al servicio de la Verdad y las Causas Nobles.

Fuente:

 

27/8/10

Extraordinaria Labor del Clero se suma a los magníficos Resultados del Año Sacerdotal en el Hermano País de Indonesia


Extraordinaria Labor del Clero se suma a los
magníficos Resultados del Año Sacerdotal
en el Hermano País de Indonesia

Viernes 27 de Agosto del 2010, Año Santo Jubilar Mariano

ASIA/INDONESIA - El Desafío de los Sacerdotes:
Mostrar el Rostro de Dios-Amor en un País Musulmán

Yakarta (Agencia Fides) – “El principal Desafío de los Sacerdotes en un País de mayoría Islámica como Indonesia, es el demostrarle a todos que Dios es Amor y testimoniar que Dios es Misericordia. En un mundo cada vez más globalizado, expuesto a los desafíos del secularismo y del fundamentalismo, el Sacerdote tiene la tarea de ayudar a las personas a experimentar auténticamente a Dios en la propia Vida, en la Verdad y Libertad”: es cuanto dice a Fides Su Exc. Mons. Suharyo, Arzobispo Coadjutor de Yakarta, en la Conclusión del Año Sacerdotal.

El Arzobispo acaba de conducir y predicar un Retiro de cuatro días con más de 213 Sacerdotes provenientes de 23 Diócesis de Indonesia, entre estos Sacerdotes de 19 diferentes Congregaciones Religiosas presentes en el País. El Retiro fue organizado en Yakarta para cerrar el Año Sacerdotal, “en comunión con el Santo Padre y con toda la Iglesia Universal, en concomitancia con la Santa Misa celebrada en San Pedro”, resalta a Fides el Arzobispo. “Hemos reflexionado sobre el Sentido del Sacerdocio y sobre el Testimonio a dar en nuestra Nación, tan plural y variada; hemos hablado de nuestra Espiritualidad y de la necesitad de ofrece un Testimonio de Vida creíble. Todo partiendo de la Figura del Cura de Ars y de la conciencia que el Primer Ejemplo para nosotros es Cristo, el Primer Sacerdote”.

El Arzobispo resalta que en Indonesia la Figura del Sacerdote “es generalmente apreciada y respetada por la gente, en cuanto es visto como Hombre de Dios, que pone en contacto con lo Sagrado. En este background cultural Indonesio es muy importante, de modo que los Sacerdotes son personas escuchadas y estimadas”.

Sobre los Frutos del Año sacerdotal en el País Musulmán más poblado en el mundo, Mons. Suharyo nota “el crecimiento y profundización de la comunión entre Sacerdotes en Indonesia y la sensibilización del laicado: los laicos han rezado y ayunado por la Santidad de sus Sacerdotes, y esto ha sido para nosotros muy significativo”. Además “muchos jóvenes se han acercado a la Figura del Sacerdote, han pedido saber más y experimentar el Camino de Vida Sacerdotal: para la Iglesia esto es la oportunidad y la tarea de ayudarlos a discernir la Llamada y la Voluntad de Dios en su Vida”. Se espera, de este modo, que el Año Sacerdotal pueda llevar un incremento de las Vocaciones para el futuro. (PA) (Agencia Fides 12/6/2010)

Fuente:


12/8/10

Pensamientos de San Juan María Vianney sobre la Oración


Pensamientos de San Juan María
Vianney sobre la Oración

Jueves 12 de Agosto del 2010, Año Santo Jubilar Mariano

La Oración

1.- «La Oración es la elevación de nuestro corazón a Dios, una dulce conversación entre la criatura y su Criador» (Sermón sobre la Oración).

2.- «Con la Oración todo lo podéis, sois dueños, por decirlo así, del Querer de Dios» (Sermón sobre la Perseverancia).

3.- «La Oración abre los ojos del alma, le hace sentir la magnitud de su miseria, la necesidad de recurrir a Dios y de temer su propia debilidad» (Sermón sobre la Oración).

4.- «Todos los males que nos agobian en la Tierra vienen precisamente de que no oramos o lo hacemos mal» (Sermón sobre la Oración).

5.- «Todos los Santos comenzaron su Conversión por la Oración y por Ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la Oración. Digo, pues, que la Oración nos es absolutamente necesaria para perseverar» (Sermón sobre la Perseverancia).

6.- «¡Cuántas veces venimos a la Iglesia sin saber a qué venimos ni qué queremos pedir! Sin embargo, cuando se va a casa de cualquiera, se sabe muy bien por qué uno se dirige a ella. Los hay que parecen decirle a Dios: “vengo a decirte dos palabras para cumplir Contigo...”. Con frecuencia pienso que, cuando venimos a adorar a Nuestro Señor, conseguiríamos todo lo que quisiéramos, con tal de pedirle con Fe viva y un corazón puro» (Sobre la Oración).

7.- «Nuestras Oraciones han de ser hechas con confianza, y con una Esperanza firme de que Dios puede y quiere concedernos lo que le pedimos, mientras se lo supliquemos debidamente» (Sermón sobre la Oración).

8.- «Hemos de orar con frecuencia, pero debemos redoblar nuestras Oraciones en las horas de prueba, en los momentos en que sentimos el ataque de la tentación» (Sermón sobre la Oración).

9.- «Por muchas que sean las penas que experimentemos, si oramos, tendremos la dicha de soportarlas enteramente resignados a la Voluntad de Dios; y por violentas que sean las tentaciones, si recurrimos a la Oración, las dominaremos» (Sermón sobre la Oración).

10.- «La tercera condición que debe reunir la Oración para ser agradable a Dios, es la Perseverancia. Vemos muchas veces que el Señor no nos concede enseguida lo que pedimos; esto lo hace para que lo deseemos con más ardor, o para que apreciemos mejor lo que vale. Tal retraso no es una negativa, sino una Prueba que nos dispone a recibir más abundantemente lo que pedimos» (Sermón sobre la Oración).

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Pensamientos de San Juan María Vianney sobre la Pureza


Pensamientos de San Juan María
Vianney sobre la Pureza

Jueves 12 de Agosto del 2010, Año Santo Jubilar Mariano

1.- «La Pureza viene del Cielo; hay que pedírsela a Dios. Si la pedimos, la obtendremos. ¡No hay nada más bello que un alma pura! Si lo entendiésemos, no podríamos perder la Pureza. El alma pura está desprendida de la materia, de las cosas de la Tierra y de ella misma».

2.- «¡Qué alegría para el Ángel de la Guarda encargado de conducir un alma pura! ¡Hijos míos, cuando un alma es pura, todo el Cielo la mira con Amor!».

3.- «Las almas puras formarán el círculo alrededor de Nuestro Señor. Cuánto más puros hayamos sido sobre la Tierra, más cerca estaremos de Él en el Cielo».

4.- «Hijos, no podemos comprender el poder que un alma limpia tiene sobre el Buen Dios: ella obtiene de Él todo lo que quiere. Un alma pura está junto a Dios como un niño junto a su Madre: la acaricia, la abraza, y su Madre le devuelve sus caricias y sus abrazos».

5.- «Para conservar la Pureza hay tres cosas: la Presencia de Dios, la Oración y los Sacramentos».

6.- «Cuando se ha conservado la Inocencia, nos sentimos levados por el Amor de Dios, como el águila es portada por sus alas».

7.- «Un alma pura es como una bella perla. Mientras está escondida en una concha, en el fondo del mar, nadie piensa admirarla. Pero si la mostráis al sol, brilla y atrae las miradas. Así sucede con el alma pura, que está escondida a los ojos del mundo, pero que un día brillará ante los Ángeles al Sol de la Eternidad».

8.- «El Espíritu Santo reposa en las almas justas, como la paloma en su nido. El Espíritu Santo incuba los buenos deseos en un alma pura, como la paloma incuba a sus pequeños. El Espíritu Santo nos conduce como una Madre conduce a su hijo de dos años de la mano, como una persona conduce a un ciego».

9.- «El Espíritu Santo reposa en un alma pura como sobre una cama de rosas. De un alma donde reside el Espíritu Santo, sale un buen olor: como el de la vid cuando está en flor».

10.- «Como una bella paloma blanca, que sale del medio de las aguas y viene a sacudir sus alas en la Tierra, el Espíritu Santo sale del Océano Infinito de las Perfecciones Divinas y viene a batir Sus Alas sobre las almas puras, para destilar en ellas el Bálsamo del Amor».

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