Entrevista a Eugenia Flores Madrigal, Misionera
Comboniana de Costa Rica, para que meditemos
juntos sus profundas y significativas respuestas
Jueves 16 de Septiembre del 2010, Año Santo Jubilar Mariano
“María es la Madre que acompaña los pueblos”
Eugenia Flores Madrigal es una joven Misionera Comboniana que profesó sus Votos Perpetuos el pasado 18 de Julio en Desamparados. Su experiencia y testimonio revelan el lugar que ocupa la Madre del Señor en la extensión del Reino de Dios.
Laura Ávila Chacón lavila@elecocatolico.org
1.- ¿Cómo nace su Vocación a la Vida Consagrada?
Nace a consecuencia de muchas cosas que se unieron en un determinado momento de mi Vida. Recuerdo que saliendo de la Secundaria me encontré delante de muchas cosas. Quería estudiar Agronomía, porque me gustaba el campo y las plantas. Pensaba en graduarme, en ser Ingeniera, pero al tiempo que lo logré, sentía que deseaba dedicarme a la gente, sentía una necesidad extraña. Luego tuve una experiencia en los Scouts que hizo mi Vida activa. Sin embargo, la amistad con un primo que es de la Orden de los Jesuitas reafirmó mi Llamado. Él me hizo conocer a las Hermanas Carmelitas Descalzas en Escazú; esa experiencia me impacto muchísimo por su Vida de Silencio y Oración. Sin embargo, en mí había una búsqueda más grande que no llenaban ni mis novios de la Universidad. Hasta que conocí a las Misioneras Combonianas…
2.- Misionera Comboniana… ¿Por qué?
Las conocí gracias a una Revista que trajeron los Padres Combonianos a San Antonio de Desamparados. De esta Congregación me gustaba su internacionalidad y la Misión. Un día los llame y participé de una Convivencia y me gustó. Para mí la Vocación es un Misterio y un Don que uno recibe. Yo creo que lo más fuerte y lo que me ha mantenido hasta hoy es entender cuánto Dios me ama como soy. Y que mi Vocación es para todos lo pueblos, como quiso San Daniel Comboni.
3.- ¿Cuál ha sido su Trabajo Misionero?
He realizado Experiencia de Misión muy fuerte. Inicié en Talamanca. Eso fue fascinante. En Ecuador trabajé en Quito con emigrantes Africanos. Nuestra labor fue animar las comunidades. En Estados Unidos fui a compartir Catequesis y a perfeccionar el Inglés. Luego fui enviada a Egipto. Los dos primeros años de mi estancia fueron para estudiar Árabe y el Islam. Posteriormente, fui enviada a una Parroquia en El Cairo. Ahí, sólo hay una Iglesia Católica y mi Trabajo lo realicé con la Pastoral Juvenil y el Centro para la Familia, con el objetivo de sostener la comunidad en medio del mar de otra Fe. En Italia también trabajé con jóvenes en el Área de Inclusión. Luego la Orden me envió a estudiar Psicología, ya que luego de consagrarme me enviarán a Dubai, a trabajar con jóvenes.
4.- ¿Cómo vive y asume cada día el cumplimiento de sus Votos Perpetuos?
Son fundamentales para vivir la Vida Misionera. Especialmente para nosotras que pasamos de país en país. Por ejemplo, debemos vivir una Castidad que te libera el corazón. Es decir, yo amo Costa Rica, pero también si mañana estoy en los Emiratos, amaré a toda la gente de ese pueblo. En eso nos ayuda mucha la Congregación. Pero la base fundamental para vivir una Castidad y ser feliz es nuestra relación profunda y personal con Dios, donde cada día dedicas un tiempo para Él. Otra forma de vivir los Votos Perpetuos es que tenemos un fondo común. Ya no es lo mío sino lo nuestro, y de eso nos ayudamos. La Pobreza la adaptamos de acuerdo al pueblo a donde somos enviadas, por eso acogemos lo que nos dan.
5.- ¿Qué significa la Virgen María en el desarrollo de su Misión?
María es fundamental, es la Madre que acompaña los pueblos. Yo he visto su Importancia en Egipto y Ecuador. María en mi Vida me conforta, me da Confianza. Ella me ayuda muchísimo en mi Vocación y en mi ser como mujer. Pues aunque soy una Consagrada soy una mujer en todo el sentido. Entonces María es ese Espejo donde me refleja a qué estoy llamada a vivir. Pero no en mi ideal sino en la realidad. María es la Mujer que acompañó a Jesús en los momentos de Alegría y grandes Sufrimientos. María fue una Mujer atenta que no tenía miedo a intervenir en algunas circunstancias. De Ella aprendimos a acompañar a los demás en la Cruz. Para nosotros la Cruz es fundamental, porque la Misión nace y crece a los pies de la Cruz; por eso, el Amor verdadero hacia otro ser humano pasa por el Camino de la Cruz. Esa Cruz nos pide asumir el Sufrimiento así como también callar y dejar de lado lo que nosotros quisiéramos por el Bien del otro.
01-08-2010.
Fuente:
Hermana Eugenia Flores Madrigal, Misionera Comboniana de Costa Rica: «Para mí la Vocación es un Misterio y un Don que uno recibe. Yo creo que lo más fuerte y lo que me ha mantenido hasta hoy es entender cuánto Dios me ama como soy. Y que mi Vocación es para todos lo pueblos, como quiso San Daniel Comboni».
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