Hermosas y valiosísimas Enseñanzas del
Sumo Pontífice Benedicto XVI para los
Obispos y para todo el Pueblo de Dios
Viernes 21 de Mayo del 2010, Año Sacerdotal
AUTÉNTICOS TESTIGOS DE JESUCRISTO
EN TODOS LOS AMBIENTES
CIUDAD DEL VATICANO, 13 MAY 2010 (VIS).- El Papa se encontró a última hora de esta tarde, en la Casa Nossa Senhora do Carmo de Fátima, con los Obispos de Portugal.
En su Discurso, el Santo Padre afirmó que necesitaba “abrirse cada vez más al Misterio de la Cruz, abrazándola como única Esperanza y última vía para ganar y reunir en el Crucificado a todos sus hermanos y hermanas en humanidad. En obediencia a la Palabra de Dios, está llamado a vivir, no para sí mismo, sino para que Dios esté Presente en el mundo”.
“Verdaderamente —dijo—, los tiempos en que vivimos exigen una nueva fuerza Misionera en los Cristianos, llamados a formar un laicado maduro, identificado con la Iglesia, solidario con la compleja transformación del mundo. Se necesitan auténticos Testigos de Jesucristo, especialmente en aquellos ambientes humanos donde el silencio de la Fe es más amplio y profundo: entre los políticos, intelectuales, profesionales de los medios de comunicación, que profesan y promueven una propuesta monocultural, desdeñando la Dimensión Religiosa y Contemplativa de la Vida. En dichos ámbitos, hay muchos creyentes que se avergüenzan y dan una mano al secularismo, que levanta barreras a la Inspiración Cristiana. Entre tanto, queridos hermanos, quienes defienden con valor en estos ambientes un vigoroso Pensamiento Católico, fiel al Magisterio, han de seguir recibiendo vuestro estímulo y vuestra palabra esclarecedora, para vivir la Libertad Cristiana como fieles laicos”.
Benedicto XVI resaltó que “lo decisivo es llegar a inculcar en todos los Agentes de la Evangelización un verdadero afán de Santidad, sabiendo que el resultado proviene sobre todo de la unión con Cristo y de la Acción de su Espíritu”.
“Cuando en opinión de muchos —continuó—, la Fe Católica ha dejado de ser Patrimonio común de la sociedad, y se la ve a menudo como una semilla acechada y ofuscada por “divinidades” y por los señores de este mundo, será muy difícil que la Fe llegue a los corazones mediante simples disquisiciones o moralismos, y menos aún, a través de genéricas referencias a los Valores Cristianos. El llamamiento valiente a los Principios en su integridad es esencial e indispensable; no obstante, el mero enunciado del Mensaje no llega al fondo del corazón de la persona, no toca su libertad, no cambia la vida. Lo que fascina es sobre todo el Encuentro con personas creyentes que, por su Fe, atraen hacia la Gracia de Cristo, dando testimonio de Él”.
Refiriéndose posteriormente a los Movimientos y las nuevas Comunidades Eclesiales, que suponen “una nueva Primavera” de la Iglesia, el Santo Padre señaló que “gracias a los Carismas, la radicalidad del Evangelio, el contenido objetivo de la Fe, la corriente viva de su Tradición, se comunican de manera persuasiva y son acogidos como experiencia personal, como adhesión libre a todo lo que encierra el Misterio de Cristo”.
“Naturalmente, es condición necesaria el que estas nuevas realidades quieran vivir en la Iglesia común, (...) y deben someterse a la Guía de los Pastores. Estos son quienes han de asegurar la Eclesialidad de los Movimientos”.
Los Obispos, añadió, “hemos de sentir la responsabilidad de acoger estos impulsos que son un Don para la Iglesia y le dan nueva vitalidad, pero, por otro ‘lado’, hemos de ayudar también a los Movimientos a encontrar el Camino justo, haciendo correcciones con comprensión, esa comprensión espiritual y humana que sabe aunar la guía, el reconocimiento y una cierta apertura y disponibilidad para aprender”.
En este Año Sacerdotal, “descubrid de nuevo, queridos hermanos, la Paternidad Episcopal sobre todo respecto a vuestro Clero. Se ha relegado a un segundo plano durante demasiado tiempo la responsabilidad de la autoridad como servicio para el crecimiento de los demás y, antes que nadie, de los Sacerdotes. Ellos están llamados a servir en su Ministerio Pastoral integrados en una Acción Pastoral de comunión o de conjunto”.
“Esto no quiere decir —dijo— volver al pasado, ni un simple retorno a los orígenes, sino recuperar el Fervor de los orígenes, la Alegría del comienzo de la Experiencia Cristiana, haciéndose acompañar por Cristo como los “Discípulos de Emaús” el Día de Pascua, dejando que Su Palabra nos encienda el corazón, que el «Pan partido» abra nuestros ojos a la contemplación de Su Rostro. Sólo de este modo el Fuego de Su Amor será suficientemente Ardiente para impulsar a todo fiel Cristiano a convertirse en dispensador de Luz y de Vida en la Iglesia y entre los hombres”.
Al final de su Discurso, el Papa pidió a los Obispos que dieran “nuevo vigor” en ellos mismos y a su alrededor “a los sentimientos de Misericordia y de Compasión, para ser capaces de responder a situaciones de graves carencias en la sociedad. Que se instituyan organizaciones y se perfeccionen las ya existentes, para que puedan responder con creatividad a todas las pobrezas, incluida la de la falta de sentido de la Vida y la ausencia de Esperanza”.
El Santo Padre elogió el esfuerzo de los Obispos “para ayudar a las Diócesis más necesitadas, especialmente en los Países de habla Portuguesa. Que las dificultades que ahora se hacen sentir mayormente no os debiliten en la lógica del Don. Que siga siendo muy vivo en el País vuestro testimonio de profetas de Justicia y de Paz, defensores de los Derechos inalienables de la persona, uniendo vuestra voz a la de los más débiles, a los que sabiamente habéis motivado a que tengan su propia voz, sin temer nunca levantar vuestra voz en favor de los oprimidos, los humillados y maltratados”.
Terminado el Encuentro, el Papa cenó y pasó la noche en la Casa Nossa Senhora do Carmo.
Fuente:
http://visnews-es.blogspot.com/2010/05/autenticos-testigos-de-jesucristo-en.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡ Que Dios y María Santísima te Bendigan hoy y siempre !